Sigo estos días a vueltas con el libro de Wilcox sobre la "Mesa de Salomón y los Templarios" y sus estudios sobre Jaén y el peso de la tradición original del Matriarcado Lunar frente al poder Solar del Patriarcado que se impuso posteriormente. Claro, que muchas de las referencias de este señor vienen de un libro de Robert Graves, La Diosa Blanca, en el que hizo todas las elucubraciones que quiso mezcladas con los datos que recabó por aquí y por allá, de forma que nunca sabes qué es cierto y qué parte leyenda.
El caso es que te hace pensar, sobre todo por la proliferación de ritos similares en lugares distantes entre sí, y al final te lo pasas bien e incluso te admira como una religión puede aprovecharse de tal manera de las raíces de otras como para adaptarlas a las suyas y que los fieles ni recuerden por qué se siguen haciendo las cosas como se hacen.
Por supuesto ha terminado por salir el término Sang real, vamos, el famoso Santo Grial tan traido y tan llevado en los últimos años en relación con el orígen y herencia davídica de Jesús y su familia, lo que daría para cientos de libros más de los que ya se han publicado, pero no voy a desvelar mucho más de este tema hasta no terminar el libro...
De todas formas, si consideramos que David (según los hebreos) tuvo ¡8 esposas reconocidas y unas cuantas concubinas! habría posibilidad de que uno de sus múltiples hijos, cuyos nombres no se mencionaran en la Biblia (por ser hijos ilegítimos...), fuera del que partiera la línea de sucesión y que realmente fuera cierto que el famoso Jesús procediera de su sangre, fuera el futuro Rey de Reyes y por ello eliminado de la ecuación en su momento y nosotros nos lo tuviéramos que creer...
Pero partiendo de que los 3 libros sagrados del monoteísmo son "presuntamente" dictados al hombre directamente por Dios, a ver quien se puede creer todo lo que cuentan sin pruebas arqueológicas y no manipuladas que lo prueben.
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