Hace mucho, mucho tiempo, en un lugar muy lejano al otro lado del mundo comenzó a forjarse el país que ahora nos acoge por motivos laborales.
Entre volcanes, cordilleras, desiertos, bloques de hielo y el mar, tenemos todo un colorido paisaje por recorrer, pero como no puede ser de otra manera, el viajero en familia necesita de vehículo apropiado para su transporte, de modo que por ahora, nos limitamos a conocer la capital de Chile, Santiago, que nos ha sorprendido por su aspecto lleno de contrastes entre casas y torres, edificios destartalados y otros en la línea siglo XXI, de una u otra manera nos vamos quedando con la boca abierta.
Aquí comenzamos a reflejar lo que estamos viviendo desde hace menos de 3 meses...
Nuestro primer fin de semana en la capital transcurrió entre el mall y el cerro de San Cristóbal, donde nos encontramos con el santuario de la Inmaculada y alguna que otra sorpresa; en las inmediaciones el barrio de Bella Vista, lleno de terrazas para disfrutar de una cerveza, un "jugo" o alguna comida típica.
En el mismo barrio nos enseñó el papi-guía el Patio Bella Vista, zona de hostelería y ocio con alguna tiendita de artesanía, para comer o tomar un trago mientras se escucha música en vivo. Desde luego ideal para ir en pareja o amigos, los niños aun son demasiado pequeños para disfrutar de ciertos entornos agradables para los adultos...
jueves, 1 de mayo de 2014
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