Y además recorrimos por todos los rincones el mercado de Los Dominicos, que nos dejó impresionados por su sencillez y encanto artesanal, los niños disfrutaron de los pájaros y del reato de agua y los dejamos libres un poquito...
Comimos en el chiringuito más sencillo pero estamos dispuestos a volver, no podía dejar de hacer fotos, tanto de los moais de Pascua como de los petroglifos atacameños o de las tallas mapuches y joyas de lapislázuli, una gozada:
Había una buena colección de gatos siameses, le encantaron a la pequeñaja; además hay un pequeño jardín de bonsáis muy bonito, dan ganas de quedarse dentro, aislado de todo, para leer un rato con calma...
Muy buen sitio para recuerdos y turisteos.
jueves, 1 de mayo de 2014
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